Era un hombre con mucho sentido religioso por inclinación propia y él mismo decía que era muy piadoso y que solo oír la palabra hereje le causaba una molestia. Era apasionado y aficionado a la buena mesa y gracias a sus conversaciones de sobremesa se conoce mucho de él. Le gustaba hablar temas interesantes, un buen conversar.
Esto lo hace decidirse por entrar en un monasterio y elige el de los agustinos, que llevaba una vida muy dura y rígida. Además entra a la universidad de Wittenberg a fines de julio del año 1505 que era donde estudiaban los monjes agustinos. Todo esto con la oposición de sus padres. Dentro del monasterio sigue las normas de manera muy estricta siendo muy duro consigo mismo. Ayunaba, como por ejemplo en cuaresma donde solo comía pan y agua por 40 días e iba a misa seguido, a pesar del frío del norte de Europa que hasta hacía congelar el cáliz. Rezaba y leía mucho. Estudia duramente y se recibe en filosofía y en teología de bachiller, licenciado y doctorado. Su obra consta de 118 volúmenes, lo que pocas personas hacen. Tampoco pensaba en mujeres ni en riquezas y cada vez se esforzaba por ser un monje más austero.
Luego se dedica a la carrera docente y es en estos años, desde
Lutero vuelve a la vía de la salvación gracias a la epístola de San Pablo a los romanos donde se dice que “el justo vive por la fe” refiriéndose a la vida eterna. Esto le dice que el que se salvará, solo lo hará por la fe, no por sus buenas obras. Esto ya lo había dicho Occam que planteaba que a Dios solo se llegaba por la fe y no por la razón. Con esta tesis de Lutero se confirma la separación de fe y razón.
La fe es un don de Dios que Éste da o no. No es producto del hombre. Pero además, se debe cultivar a través del obrar, es decir, vivir la virtud, vivir la fe, a través de los sacramentos, conociendo la doctrina, rezando, etc. La fe sin cultivo no vale, es una fe muerta, pero para Lutero es suficiente para salvarse.
Uno de los discípulos y secretario de Lutero, Felipe Melanchton, le pregunta que hay que hacer entonces con el pecado. Lutero dice: “sé pecador y peca fuertemente, pero cree aún más fuerte”, ya que no puedes no pecar, porque la naturaleza humana quedó manchada por el pecado original y no podemos elegir el bien. Ante esta postura, Erasmo le responde con su obra “Del libre albedrío” donde dice que el pecado original se borró con la venida de Cristo y que sí podemos elegir el bien, y que por la misma razón existen los sacramentos como el bautismo que borran el pecado original.
Para Lutero es Dios quien obra bien a través de nosotros, pero no somos nosotros los que obramos bien.
Carlos V de Alemania (I de España) es un emperador que tiene mucho territorio. Éste era muy católico y juzga a Lutero como quien quiebra la política. Cita a Lutero a
En el ínter tanto, Alemania se agita políticamente. El papa León X envía a embajadores para convencer a los príncipes que no apoyen a Lutero, pero cuando los embajadores vuelven le dicen que 9/10 de la población lo apoya. Esto debido a que así no pagará impuestos a Roma, o sea, una aptitud anti-romana, que secundariamente crea un problema cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario