FENÓMENO RELIGIOSO DEL SIGLO XX Y XXI

Primero debemos preguntarnos ¿Qué es lo religioso? Lo religioso es una dimensión pura del ser humano. Como hombres, compartimos muchas cosas con la naturaleza como el comer o el dormir e incluso hasta un poco de inteligencia, ya que se ha comprobado científicamente que los animales tienen un mínimo de ella, sin embargo, la dimensión divina no la compartimos con nada ni nadie.

Lo religioso no es golpearse el pecho en la Iglesia, sino que es lo relativo a Dios, lo absoluto, lo santo, lo bello, lo total, lo eterno, lo verdadero, lo amoroso. Es el amor a Dios, la caritas, la caridad, no el amor platónico ni carnal, sino que un amor más profundo.

Además hay en lo religioso una disposición humana a Dios que debe ser anhelo, meditación, oración, contemplación, pensamiento. Que es querer unirse con Dios, ya que para el hombre Dios es lo sublime, lo inexpresable, lo invisible, lo insólito, lo inaudito, lo inefable y lo indescriptible, lo que está más allá de los sentidos, lo que no se puede conocer como realidad.

La moral no es la religión, ya que la moral es el sentido común indicado por la razón que los animales también tienen, ya que incluso ellos tienen una noción de bien y de mal, aunque sea por instinto. No se obrar bien, ya que eso es natural en el ser humano y parte de su dimensión moral, no divina, que está inserta en el género humano, y por eso se puede ser bueno sin creer en Dios, ya que no depende de la creencia sino de la razón.

Además existen virtudes teologales, cardinales y capitales que todos debemos practicar, y vivirlas de modo heroico es la santidad, ya que el héroe es quien entrega la vida por los demás como lo hizo Cristo. Lo heroico es lo diestro, el sacrificio, el cumplimiento del deber, la renuncia, la resignación la entrega total.

El resultado de la experiencia religiosa limpia, purga, purifica, sana, consuela, conforta, salva, que es el resultado más positivo.

Actualmente la religión ha entrado en crisis. Hasta hace poco nadie dudaba de la existencia de Dios, ya fuera cristiano o judía, sin embargo, esa creencia se ha desgastado, como se mostró en el último censo del 2002 donde se vio que 10% de la población no creía en Dios.

Las posturas actuales son el ateísmo que es decir que no hay Dios y que me consta que no lo hay, ya que lo busqué y no lo encontré, por lo que es una postura más agresiva, y el agnosticismo (agnocis: viene del griego que significa saber de corte religioso) que es no saber si hay Dios ni tener interés en saberlo, ya que me tiene sin cuidado porque no me influye.

Otras posturas son la de quienes no creen ni confían en Dios, pero sí creen que existe alguno. Otros abogan por la indiferencia, por el hastío, por el aburrimiento, donde se dice que sí hay Dios, pero que no me interesa porque me da lata, que incluso hasta puedo creer, pero me da lata practicar de manera que no vengan a pedirme cosas en nombre de Dios, porque Él no juega un papel importante en mi vida.

Estas tendencias cada vez han ido creciendo más, de manera que solo un 85% de Chile se declara cristiano, del cual 15% es evangélico y 75% es católico.

Además, actualmente la religión cristiana está dividida en muchas ramas, hasta el punto que se dice que hay unas 5 mil iglesias en todo el mundo según las cifras más optimistas, y unas 100 mil según las cifras más pesimistas, o sea, una división total, sobretodo en iglesias protestantes o evangélicas, ya que cada pastor interpreta la Biblia a su manera.

Así, se ve que no hay unidad en lo religioso, ya que la Iglesia cada vez influye menos, sin embargo, la moral aún sigue estando en el hombre, pero se olvida que ésta existe por ejemplo legalizando el aborto.

En 1996 el monseñor Oviedo calculaba que un 6% de la población chilena cumplía con todos los deberes cristianos, o sea, un porcentaje bajísimo.

Este fenómeno es mucho más grave en Europa, donde la práctica religiosa es mucho menor, lo que finalmente ha incidido en la moral permitiendo que el aborto y la eutanasia sea legal, ordenando a mujeres y hasta homosexuales, permitiendo el matrimonio homosexual, y todo con el fin de atraer más gente a la Iglesia.

Entre 1962 y 1965 se realizó el Concilio Vaticano II, ya que la Iglesia pensó que adaptándose a las condiciones de la época llegaría más gente, sin embargo, eso no ocurrió, ya que finalmente la gente que abogaba por la disciplina terminó alejándose también. Con esto, se perdió la esencia, lo sagrado, lo religioso. La actitud de los creyentes se ha ido relajando lo que se ha reflejado en la moral, ya que la adaptación no funciona porque los tiempos van cambiando, y con ellos todo lo demás. La religión y los patrones del ser humano no se pueden adaptar a la contingencia, no somos camaleones que cambian con las circunstancias. Esta adaptación es un error grave, ya que incluso quienes gustaban de la disciplina partieron a meditar a las religiones orientales, o sea, el que quiere lo sagrado debe ir a buscarlo a otra cultura.

Mientras más se relaja occidente, más se cierra el Islam, además de agredir. Y no lo ataca por razones económicas, sino porque ven el ateísmo, el desprecio y la indiferencia de occidente. Así, se produce un choque de culturas que plantea Huntington.

Además, el dios deísta fracasó, porque no se pudo comprobar su existencia con una fórmula o teorema.

Actualmente se produce una sacralización de lo profano y una desacralización de lo sagrado, como por ejemplo con la sacralización de los derechos humanos y de la justicia, donde la religión se ha banalizado.

Además se nivela por abajo, ya que cada vez se exige menos al hombre, ya sea respeto a la autoridad, a la familia, a las buenas costumbres, al lenguaje, a la forma de vestir y de actuar, a las relaciones entre personas, los profesores, el ejército, los jueces, etc. Todo se ha desacralizado. Nadie obedece a las autoridades, solo se protesta y se elude la obligación, todo se maneja por el gusto de cada uno, y así, se hace muy difícil ser íntegro.

En el siglo XXI también se da mucho la transgresión, en la que hago lo que quiero y no respeto lo establecido, donde todo se trata de transgredir. La familia se ha desintegrado.

Además se ha pasado de una sociedad de deberes a una sociedad de derechos, ya que antes había deberes con respecto a la religión, a la familia, al Estado, al colegio, y el cristianismo era el responsable de ello ya que no da derechos, sino solo deberes, porque único derecho del cristiano es la salvación que no obtengo si no cumplo con mis deberes, ya que en el cristianismo hay libre albedrío y no predestinación. Antes era una sociedad estricta formada por hijos del rigor, pero hoy tenemos derecho a todo: al aborto, al divorcio, a una opción sexual, ya que todo el tiempo se piden cosas sin dar nada a cambio.

Ha desaparecido el sentido de pecado y de culpa, ya que todo es posible porque todo depende de las circunstancias, todo es relativo. El pecado se hace social y hereditario, ya que se dice “soy criminal porque la sociedad me hizo así”, de manera que diluyo la culpa pasándosela a otro. También se pide perdón por culpas heredadas cuando no se puede pedir disculpas por culpas de otros. Aunque en Levítico, 3º libro de la Biblia, del Antiguo Testamento se dice que los pecados se transmitirán hasta la 3º generación, en el Nuevo Testamento se dice que la culpa no se reparte y que cada uno es responsable de sus actos.

Otro fenómeno es la magia, la esoteria y el orientalismo, en la que proliferan sectas que se han gestado a lo largo de los siglos (sectario: fanático, el que se aparta). La esoteria, que es el saber oculto v/s la exoteria que es el saber abierto, ha entrado mucho, porque las religiones están divididas, ya que muchos maestros de oriente dicen tener este saber especial que no se sabe ni como ni cuando han adquirido y que han transmitido a sus discípulos, es un saber oculto que no está al alcance de la masa. Algunos fueron Pitágoras que daba un valor cabalístico a los números, la cábala judía aparecida en el Antiguo Testamento (hebreo) en la que se da un conocimiento esotérico, no literal; el mestimegistro o Seth un dios egipcio. Estos dos últimos no existieron. Muchos movimientos tienen rituales de iniciación, que también lo tiene el nazismo que ocupa un signo religioso de la India: la suástica.

La manifestación en cosas banales de la esoteria se da en el tarot, horóscopo, las supersticiones varias como golpear madera, botar sal, el gato negro, no pasar debajo de una escala, no abrir un paraguas en una pieza, etc. que son conductas irracionales, ya que se le atribuye un poder mágico a algo que no lo tiene. El horóscopo proviene de 1.000 ó 1.500 años a.C de los caldeos que configuraron doce constelaciones. Es un invento absoluto que aparece en todos los diarios del mundo, que se comprueba comparándolos. El tarot proviene del siglo XII o XIII, es magia pura, porque no tiene nada de fe ni de razón. Otro factor es el orientalismo donde los maestros de oriente se enfrentan a los de occidente, incluso de dice que Cristo estuvo en oriente entre los 12 y los 30 años. Esto se refleja en el yoga, ejercicios de meditación, el karma, la reencarnación, el ashram, el avatar, etc, que son palabras que pasaron a ser parte del lenguaje corriente, pero que no son occidentales, ya que por ejemplo la reencarnación no se da porque todos somos individuos y tenemos identidad más allá de la muerte. En cambio para los orientales existe el nirvana que es el todo y la nada, donde pierdo mi identidad, porque no es el cielo católico. Actualmente se da un sincretismo ya que se mezclan elementos orientales con elementos occidentales. Occidente está en una búsqueda continua en la que prueba todo.

Otro fenómeno es el New Age que significa Nueva Edad, que viene de la teosofía del siglo XIX, en la que se sostienen que estamos saliendo de una edad para entrar a otra. Todo empezó en la edad de tauro que fue desde el 4.000 al 2.000 a.C donde dominaron los caldeos, luego pasamos a la edad de aries que fue desde el año 2.000 al año 1 a.C y que fue de los judíos, para pasar a la edad de piscis que fue del año 1 al año 2.000 d.C y que fue de los cristianos para llegar finalmente a la edad de acuario que es desde el año 2.000 d.C hacia delante.

La nueva edad de acuario se caracteriza por ser en la que dominará el lado derecho del cerebro que está a cargo de la comprensión, de la tolerancia, del amor, de la acogida, de la mujer que domina ya que representa el símbolo femenino, el perdón, la no agresión, dejando de lado el lado izquierdo del cerebro que representa la razón, lo agresivo, la intolerancia, la dureza, el machismo, las guerras, las persecuciones, etc. Se busca abandonar el antirracionalismo vital intolerante que está en el hemisferio izquierdo del cerebro. En esta nueva edad la vida viene de un principio eterno material y espiritual, de una energía vital eterna llamada Atmán y no de Dios, en la que todos los hombres son parte de ese Atmán, cuando en occidente Dios creó al mundo de la nada, no de algo divino. En esta etapa se da una eternidad del universo con la que se niega el big bang, ya que se plantea que el universo es uno solo con todo lo que contiene, por lo que se es uno con la naturaleza, con Dios y con los demás hombres, donde todos somos parte de lo mismo. Esto se liga con la ecología profunda, donde se busca no destruir a la naturaleza porque somos parte de ella. Además, hay en el New Age una realidad holística que viene del griego holos que significa totalidad (en inglés se dice whole). También aparece un monismo metafísico en el que se culpa al cristianismo y a la filosofía griega de las dualidades como hombre/mujer, Dios/hombre, bien/mal, medio/fin, potencia/acto y teoría/práctica, por ser tontas, ya que para los que creen en la edad de acuario todos somos parte de todo, por lo que no hay hombre, ni mujer, ni géneros. Es por eso mismo que se habla de padre y madre Dios, de cultivar el lado femenino de los hombres, de una actitud más pluralista. Para ellos la realidad es como la conciencia la crea, ya que cada uno tiene su propia apropiación, y por eso se busca un punto medio, un punto estadístico, porque la conciencia va imaginando el mundo de manera distinta donde lo que cuenta es la experiencia personal. Para ellos, hay que liberarse de toda autoridad, ya que cada uno vive su vida como mejor le parezca.