jueves, 29 de noviembre de 2007

FRIEDRICH NIETZSCHE (alemán, 1844 – 1900)

Es el más fértil de los pensadores del siglo XIX, ya que se proyecta al siglo XX. A pesar de esto, en 1889 fue internado en una casa de orates, por lo que su hermana tuvo que publicar sus obras.

Nietzsche parte estudiando la tragedia griega, ya que muchos hombres alemanes se interesaron en ella. Para obtener su grado académico escribió la obra llamada “El origen de la tragedia” en la que postula que en el hombre hay dos instintos que tensionan entre sí, éstos son:

o Principio Apolíneo: Apolo es el dios de la belleza, del orden, es el inspirador del arte. Es el padre de las 9 musas, que son semidiosas protectoras del arte. Apolo reina el Parnaso y dirige a lo disciplinado.

o Principio Dionisiaco: Dionisios es el dios del caos, de la borrachera, de la destrucción y de la violencia. Era llamado Baco por los romanos. Se trata de una vida más allá del orden, donde también hay mucha creatividad y espontaneidad. Uno de los ejemplos son las fiestas dionisiacas durante las vendimias que eran grandes sorgías.

Según Nietzsche, estos principios se disputan al ser humano, lo que se ve claramente en las tragedias griegas de Sófocles y Eurípides por ejemplo en las que se da el choque, el conflicto entre los dos instintos.

Su postura constituye una reacción del individuo contra la masa, ya que por ejemplo otros pensadores como Karl Marx postulaban lo contrario. Sin embargo, Nietzsche destaca al ser humano solo. Además constituye una reacción frente al populismo defendiendo lo personal, refinado y estético, porque consideraba que las creaciones de la masa eran burdas.

Representa una corriente “muy alemana”, ya que pone a los alemanes por sobre los demás con cierto nacionalismo y apego a las tradiciones, de manera de no mezclarse con los demás.

Nietzsche no cree en el progreso, sino en el eterno retorno. No cree en el progreso que pregonaban los pensadores del siglo XIX, tanto idealistas como positivistas. Para Nietzsche hay ciclos, nacimientos y muertes, cadentes, etc., pero no un futuro esplendoroso, porque también hay caídas. Así, aunque en el siglo XIX se es más optimista, el pesimismo se inaugura a principios del siglo XX.

Para Nietzsche el factor hereditario prima sobre el factor educativo, ya que lo manda es lo que se trae, lo heredado, y no como decían las teorías populistas como la de Marx que planteaba que los niños podían ser educados por la sociedad. Así, surgen dos modelos que son, el héroe que realiza plenamente su voluntad y se sacrifica por los demás incluso entregando su vida en aras de sus ideas, y el esclavo o siervo.

De estos dos modelos, surgen dos morales. La moral del esclavo que, según Nietzsche, nace con el pueblo judío y lo retoma el pueblo cristiano, y que se trata de una moral del fracasado, del resentido, del perdedor. Se trata de personas como los judíos que sienten culpa y que salen en defensa de los débiles como ancianos, curas, enfermos, por lo que la política no debe enfocarse a ellos. La otra es la moral del héroe que es una moral exitosa, guerrera y competitiva. Se trata del deber, de la responsabilidad, de la exaltación de la fuerza y del poder, del arrojo, valentía y entrega a la vida. Se trata de “superhombre”.

Además, Nietzsche mata a Dios, lo que lleva a la formación del concepto nihilismo (nihil: nada). Este corriente creada por Nietzsche plantea que en el fondo de toda existencia no hay nada. Esta tendencia es muy dominante actualmente. Nietzsche dice que hay que fundar una nueva moral basada en el héroe y no en el esclavo, y que ésta no tiene que ver solo con Dios sino también con lo metafísico. Este nihilismo se expresa en la afirmación de Nietzsche “Dios ha muerto”, que no es un ateísmo porque no se dice Dios no existe, sino que Dios existió, pero murió.

Dos obras que son base del nihilismo son La Gaya Ciencia” (“La ciencia feliz, optimista”) publicada en 1882 y “Así hablo Zaratustra” publicada entre 1883/90.

La La Gaya Ciencia está llena de aforismos, que son pequeñas sentencias, que no tienen continuidad como una novela, sino que son chispazos. Esta obra no tuvo mucho éxito, ya que era demasiado largo, pero en su segunda obra estructuró mejor su pensamiento. Algunos aforismos son:

o Aforismo 125 “El loco”: Comienza contando que un loco está buscando a Dios con una linterna en el día, por lo que todos se ríen de él. Este loco dice que sí existió, pero que Dios lo mató. Así, los hombres son asesinos de su creador, lo que nos hace llegar a la “nada infinita” donde erramos, al vacío, y por eso debemos encender las linternas en las mañanas. “Dios ha muerto y lo hemos matado nosotros”. Nietzsche está conciente que matar a Dios es un hecho importante en la historia de la humanidad, porque su muerte lleva a Dios a un nivel superior. El hombre mató a Dios y no se ha dado cuenta, no han comprendido, lo mataron inconcientemente.

o Aforismo 129 “Las condiciones de Dios”: En este aforismo se plantea que el hombre insensato es necesario para que Dios exista, y aunque también son necesarios los sensatos, Dios es producto de la insensatez. Los cristianos, los esclavos y su moral, han afeado al mundo presente porque lo niegan, ya que buscan un mundo más allá y por ende afean el cuerpo, y terminan afeando el alma también. Estos hombres insensatos sufren martirios y se suicidan lentamente como ascetas, que son formas de suicidios que quedaron para el cristianismo. Para Nietzsche todo esto es negativo, cada vez se hace más anticristiano.

En su segunda obra “Así habló Zaratrusta” su pensamiento está mejor estructurado. Zaratustra o Zoroastro fue un reformador religioso persa que vivió entre los siglos VII y VI a.C y que creó la religión llamada mazdeísmo, la que fue muy combatida, sin embargo, aún existen comunidades “parsis” en la India. En esta religión hay dos divinidades perfectas e iguales, que son el bien y el mal, lo positivo y lo negativo, la luz y la oscuridad, es decir, se observa una lucha dialéctica. Nietzsche lo toma porque los persas eran arios o indoeuropeos, que son entidades más bien culturales que raciales.

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