viernes, 30 de noviembre de 2007

MARTÍN LUTERO o MARTIN LUTHER (Sajonia, Alemania, siglo XVI, 1483 – 1546)

Era un hombre con mucho sentido religioso por inclinación propia y él mismo decía que era muy piadoso y que solo oír la palabra hereje le causaba una molestia. Era apasionado y aficionado a la buena mesa y gracias a sus conversaciones de sobremesa se conoce mucho de él. Le gustaba hablar temas interesantes, un buen conversar.

Tiene ciertas experiencias en su vida que él toma como señal. Es un hombre de experiencias fuertes. En una oportunidad se cortó una arteria de la pierna y pensó que se desangraría, ya que en ese tiempo la medicina no era muy buena. Se encomendó a la virgen María, ya que este hecho lo dejó en shock porque vio que la muerte le podía venir en cualquier momento.

Esto lo hace decidirse por entrar en un monasterio y elige el de los agustinos, que llevaba una vida muy dura y rígida. Además entra a la universidad de Wittenberg a fines de julio del año 1505 que era donde estudiaban los monjes agustinos. Todo esto con la oposición de sus padres. Dentro del monasterio sigue las normas de manera muy estricta siendo muy duro consigo mismo. Ayunaba, como por ejemplo en cuaresma donde solo comía pan y agua por 40 días e iba a misa seguido, a pesar del frío del norte de Europa que hasta hacía congelar el cáliz. Rezaba y leía mucho. Estudia duramente y se recibe en filosofía y en teología de bachiller, licenciado y doctorado. Su obra consta de 118 volúmenes, lo que pocas personas hacen. Tampoco pensaba en mujeres ni en riquezas y cada vez se esforzaba por ser un monje más austero.

Luego se dedica a la carrera docente y es en estos años, desde 1511 a 1517 (año donde estalla el problema de las indulgencias) donde va conformando su pensamiento. Su pensamiento es progresivo, primero acepta discusiones teológicas con Erasmo o Tomás Moro, con los humanistas, que pensaban que Lutero era un humanista más, pero cuando ven que se separa de la religión, éstos se repliegan. En estas polémicas sus alumnos lo apoyan y por eso él se va envalentonando. El último debate se da en 1519 donde el papa lo convoca a Roma pidiéndole que deje sus ideas, pero Lutero se niega, por lo que se le llama husita, o sea, “tú eres un hereje”. Ante esto él dice ¿Y qué? Y así sale de la doctrina oficial de la Iglesia. Finalmente en 1520 rompe con la Iglesia y sobretodo con el papa que lo excomulga, sacándolo de la comunión de los cristianos y quedando en pecado. Lutero se burla de esto.

Entre sus obras se encuentran: “A la nobleza cristiana de la nación alemana”, Otra es “Del cautiverio babilónico de la Iglesia, considerando que el pueblo de Israel estuvo preso en el cautiverio babilónico en el siglo VI a.c. debido a las malas autoridades que tenía. Además en ésta, ataca los sacramentos. “De la libertad del cristiano” donde se acerca peligrosamente a la predestinación.
Lutero vuelve a la vía de la salvación gracias a la epístola de San Pablo a los romanos donde se dice que “el justo vive por la fe” refiriéndose a la vida eterna. Esto le dice que el que se salvará, solo lo hará por la fe, no por sus buenas obras. Esto ya lo había dicho Occam que planteaba que a Dios solo se llegaba por la fe y no por la razón. Con esta tesis de Lutero se confirma la separación de fe y razón.

La fe es un don de Dios que Éste da o no. No es producto del hombre. Pero además, se debe cultivar a través del obrar, es decir, vivir la virtud, vivir la fe, a través de los sacramentos, conociendo la doctrina, rezando, etc. La fe sin cultivo no vale, es una fe muerta, pero para Lutero es suficiente para salvarse.

La justicia de Dios es como Éste reparte la salvación y el castigo. En el cristianismo es activa, o sea, dar a cada cual lo que merece según las obras que el hombre realice, buenas o malas.
Uno de los discípulos y secretario de Lutero, Felipe Melanchton, le pregunta que hay que hacer entonces con el pecado. Lutero dice: “sé pecador y peca fuertemente, pero cree aún más fuerte”, ya que no puedes no pecar, porque la naturaleza humana quedó manchada por el pecado original y no podemos elegir el bien. Ante esta postura, Erasmo le responde con su obra “Del libre albedrío” donde dice que el pecado original se borró con la venida de Cristo y que sí podemos elegir el bien, y que por la misma razón existen los sacramentos como el bautismo que borran el pecado original.

Para Lutero es Dios quien obra bien a través de nosotros, pero no somos nosotros los que obramos bien.

Carlos V de Alemania (I de España) es un emperador que tiene mucho territorio. Éste era muy católico y juzga a Lutero como quien quiebra la política. Cita a Lutero a la Dieta de Worms en 1521 para comparecer ante este concejo asesor del emperador formado por los tres estamentos: clero, nobleza y estado llano. Los partidarios de Lutero le aconsejan que no vaya recordándole lo que le sucedió a Hus que fue quemado. El emperador le pide que no rompa con la Iglesia, pero él se niega diciendo que si lo hace traicionaría su conciencia. Esto provoca que el emperador lo declare fuera de la ley, lo que quería decir que cualquiera podía apresarlo y matarlo. Antes de que un hecho así ocurra, sus seguidores lo raptan y lo encierran en el castillo de Wartburg donde reside de 1521 a 1522, o sea, un año se mantiene con bajo perfil. Es aquí donde se le aparece el demonio en forma de perro y donde traduce el Nuevo Testamento al alemán.

En el ínter tanto, Alemania se agita políticamente. El papa León X envía a embajadores para convencer a los príncipes que no apoyen a Lutero, pero cuando los embajadores vuelven le dicen que 9/10 de la población lo apoya. Esto debido a que así no pagará impuestos a Roma, o sea, una aptitud anti-romana, que secundariamente crea un problema cultural.


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