viernes, 30 de noviembre de 2007

IAN HUS (Bohemia, Praga, Checoslovaquia, siglo XV, 1373 - 1415)

Estudió en la universidad Carolina de Praga.

Sigue la postura de Wycliff, pero agrega que la vida en ciudad empeora la posibilidad de salvación, porque en ella hay dinero, sensualidad y pompa. Su corriente se llama taboritas, ya que se van a vivir al Monte Tabor. Ahí formaban comunidades, en el campo, alejadas de la ciudad.

Hus es condenado por sus ideas y es convocado al Concilio de Constanza (1414 – 1417). Se le encuentra culpable y se le condena a morir en la hoguera. Esto último demuestra que se estaba dando un crecimiento del fanatismo y de la intolerancia, y todo esto debido a que fe y razón se separaron. Hay que tomar en cuenta que Wycliff murió tranquilo en su cama 30 años antes, pero a Hus se le quemó lo que provocó la guerra husita. En el año 1400 se dicta un decreto real en Inglaterra llamado “De herético comburendo” que quiere decir “Al herético hay que quemarlo”.

CATÁSTROFES NATURALES DEL SIGLO XIV

Hubo catástrofes naturales, muchas lluvias que maltrataron las cosechas, así no hubo alimentos y se provocó hambre en el pueblo, lo que con el correr del tiempo produjo un descontento social. Incluso hubo levantamientos campesinos.

Europa se lleno de profetas que hablaban de Apocalipsis y fin del mundo.

Además se dan guerras, entre Francia e Inglaterra se da la Guerra de los 100 años. Hubo muchas guerras civiles en Francia, Inglaterra y Alemania.

Pero lo más catastrófico fue la peste negra en 1348. Esta fue una pandemia. Provenía de China, luego pasó a los mahometanos y luego a Europa. Estalló primero en Italia. Provocó muertes seguidas por cerca de un año y medio. Era una enfermedad muy contagiosa, ya que el virus fue mutando (rata, pulga de rata, persona, aire). Inflamaba los ganglios que luego se convertían en un tumor pestilente. Además traía fiebre y problemas para respirar. Era una peste nueva y por eso no había antídoto.

2/3 de la población enfermó y 1/3 murió. Murieron 25 millones de personas en poco más de un año. Trajo consigo hambre y violencia contra los que supuestamente eran culpables. Se produjo una disminución demográfica muy grande, ya que la taza de natalidad era muy baja comparada con la taza de mortalidad. Europa solo en 1550 volvió a alcanzar la población que tenía antes de la peste negra.

La peste desmoralizó a la gente y la imagen de la muerte varió. Ahora, ésta llegaba de manera súbita y se veía como un castigo de Dios por la maldad e incredulidad de los hombres. Pasó a ser una muerte solitaria, rápida y horrible.

La peste terminó por agotamiento del virus y la gente fue adquiriendo inmunidad.

Provocó un trastorno en diferentes ámbitos. Hubo un trastorno psicológico, la muerte dejó de ser un paso a una vida mejor, y se le vio como un castigo. Además no había asistencia familiar ni religiosa por miedo al contagio.

Todo adquirió un tono fúnebre. Uno de los libros más vendidos entre los años 1350 y 1500 fue el “Ars Moriendi”, que quiere decir, “Arte de morir”. Occidente ha vencido todo, menos la muerte porque ésta es inexorable. Hoy en día, la muerte se disfraza, no hay un elemento exterior como lo había antes con la ropa negra, como el luto y el duelo. La muerte hace fracasar todo y este fracaso penetró todos los ambientes.

Entre fines del siglo XIV y principios de siglo XV, lo más representado en pintura fue la muerte, sobre todo en iglesias. En el año 1381 se realizó la primera pintura de la danza de muerte. El último pintor en retratar la danza de la muerte fue Hans Holbein (alemán, 1497 – 1543) hijo de Hans Holbein el mayor. Además, la liturgia suprime toda manifestación de alegría, de manera que los curas se vestían de negro. En la liturgia también se impuso el Dies Irae que era la secuencia de ésta de los difuntos. En éstas, se usaba el latín en rima que era lúgubre y se veía a Cristo o a Dios como algo distante, como un rey de majestad tremenda. Se crearon los requiems que significa descanso, uno de ellos fue el creado por Amadeus Wolfgang Mozart (austriaco, 1756 – 1791).

Se percibe un temor en la liturgia y en toda la poesía del tiempo, como las “Letanías a la muerte”, que era un rezo a los santos para que uno muera bien. Se da también la poesía laica, como las “Coplas por la muerte de su padre” que hace Jorge Manríque (español, 1440 – 1479). Éste era hijo de un militar que muere en 1415 y sus poesías son consideradas las mejores poesías fúnebres.

La música, el teatro, la literatura, la poesía, la liturgia, etc. adquirieron un tono fúnebre. En teatro hubo un actor que interpretaba al demonio y nace el término macabro que proviene de macabre.

Además la teología también se estudia en torno a la muerte.

Paralelamente se da el auge del misticismo.

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